De mi bandera son los colores, ¡bandera!, ¡bandera! Del límpido cielo que dormitando nos mira a través de níveas nubes candorosas es también el color. Las flores que cantan agudas son labios de colores. Las aves trinan todos los colores rosados. Los colores son los cerros cuando gritan desde la pendiente estrecha. El ancho mar en su pelaje expira colores. Es tu rostro cuando asoma a la ventana el color que se empina.
Del calor sediento y del templado frío, del ardor serrano y del fogoso verano son los colores. Color del aire que gotea pálido de noche, del agua al traspasar tus sueños. De las lágrimas y el dolor, de tu risa enquistada y tus encantos, del árbol que deshoja escarabajos, de su tallo margarita, del mundo apretado en un planeta, de todas las paletas, los telones, los fondos oscuros, las ventanas, puertas y paredes, del pincel que se eriza, son los colores.
De tus labios carnosos cuando besan, de tus dientes que brillan cuando muerden la caricia, de tus ojos que relamen con su brillo, de la casa cuando nos cobija, de la lluvia en el viento, de tu bello cabello y del vidrio cuando encuentra su luz, son los colores.
Del pelaje espantado del animal, del tren que bosteza al pasar, del amor cuando explota en el trueno, del relámpago que apaga nuestro miedo con su luz, de la vida y sus demonios albinos, de la zafra cuando endulza tu sudor, de la arena regada en el desierto que se ahoga, son los colores.
De la música cuando relumbra, llora y vibra en indómitos acordes, del poema que en el verbo sostiene y lacera el alma a puro abrazo, de la suerte que, aclamada por las sombras, abriga sonrojada los colores, de los deseos que se destiñen bajo el ardor de su melódica mirada, son los colores.
PauP May 2015
Editado el 21 de octubre de 2023 en San Salvador